Ramón Valdez, el mutante de la meseta central, llegó a Rawson. Seguramente, él pensaba que, al llegar a la capital, había dejado atrás lo más difícil. Su equivocación era tan grande como los buracos que las megamineras abren por todos lados.
De entrada, unos chicos que estaban jugando al fútbol en un baldío, le tiraron piedras, pensando que era un monstruo peligroso. Intervino rápidamente una vecina y lo corrió a escobazos.
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| Ramón Valdez |
Di Pierro se rehusó al principio, pero sus asesores le recomendaron que acceda. Con el pasar de las horas, el mutante recogía más y más gestos de solidaridad de parte de los ciudadanos y, en especial, de las organizaciones ecologistas. Había que sacarse el problema de encima.
La reunión se llevó a cabo en la Casa de Gobierno. Entre otros funcionarios, estuvo presente el Vicegobernador Pablo Das Neves, quien no dejó de hacer bromas y de reírse de la pobre criatura.
Transcribimos los pasajes centrales de la conversación:
Di Pierro: Bueno, empecemos. ¿Se puede saber vos a qué viniste?
Ramón Valdez: Vine a dar testimonio de lo que estamos pasando allá en la meseta. Las cosas están mal. Ya dejamos de ser humanos. Está todo contaminado: el agua, el suelo, el aire. Somos mutantes. Yo todavía parezco una persona, pero el resto de los míos ya no.
Lo interrumpe Pablo Das Neves, quien grita colocando las manos alrededor de la boca: ¡Bicho feo! ¡Bicho feo! ¡Ja, ja!
RV: No sé si podrá revertir lo nuestro. Me parece que ya estamos estropeados. Pero por ahí se puede hacer algo por los chicos. Volverlos humanos. Miren, acá tengo la foto de mi hijo, pobrecito. O poner escuelas para mutantes, algo. Además, queremos que todo esté descontaminado. Hay que hacer algo rápido. Nosotros quisimos hablar con la gente de las empresas mineras, pero ellos cercaron todo con alambre y tienen guardias armados que nos corren a tiros. Ya no somos dueños ni de caminar por nuestra tierra. ¿Van a solucionar el problema? Necesitamos una respuesta concreta.
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| El hijo de Ramón Valdez |
RV: ¿Y qué va a hacer, concretamente?
DP: Voy a seguir peleando por el futuro de la provincia, voy a seguir levantando la bandera de justicia social, de un país mejor para todos.
RV: Discúlpeme, Gobernador, ¿pero ese futuro también es para nosotros?
DP: ¡Pero cuánto egoísmo, por Dios! Hablo del futuro de todos, de los inversores, de los que gobernamos, de los amigos, de los familiares, de todos, de todos.
PDN: ¡Bicho feo! ¡Bicho feo! ¡Ja, ja!
RV: Señor, necesito volver con los míos llevando una respuesta concreta.
DP: Bueno, vamos a ver- el Gobernador mira a los funcionarios que lo rodean-. ¿A quién pusimos como Secretario de Minería y otros saqueos?
Funcionario: A tu sobrino, Tano.
DP: ¿Al Diego? Che, pero no lo vi nunca por acá.
Funcionario: Fue designado hace cuatro meses. Ya está cobrando pero todavía no empezó a trabajar.
DP: ¡Hijo ‘e tigre! –mirando a Ramón Valdez- Bueno, vamos a hacer lo siguiente: dejá anotados tus datos y nosotros después nos comunicamos con vos.
RV: ¿Pero van a sacar la mina de allá?
DP: ¡Ya te dije que no seas egoísta! ¡Dejá de joder!
PDN: ¡Bicho feo! ¡Bicho feo! ¡Ja, ja!
DP: Bueno, se acabó la charla. Volvéte rápido nomás.
RV: Me voy, señor, pero sepa que, si esto no cambia, volveré.
DP: Vos no sabés con quién te estás metiendo. Rajá.
PDN: ¡Bicho feo! ¡Bicho feo! ¡Ja, ja!
En este punto, una barra de sindicalistas produjo un gran bullicio y, en medio de tanto júbilo, Ramón Valdez desapareció. Seguramente, estaba apurado por volver con los suyos.
Fecha: martes 28 de marzo de 2017
