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Desgarrador testimonio de una sobreviviente de La Herradura Country Club

  Nuestros enviados especiales estuvieron en la zona del desastre. Bueno, casi ahí, porque los guardias del country no los dejaron ingresar. Se ve que el aspecto de los periodistas, luego de varias horas de pedaleo en una ruta llena de lodo, no les inspiró confianza y pensaron que podían robar algunas de las muchas pertenencias de los residentes que todavía están desparramadas por doquier.
   Sin embargo, con un simple golpe de vista, la sagacidad de nuestros compañeros les permitió darse cuenta de la situación: los residentes del country ya estaban alojados en otro lado. Seguramente, en algún hotel o en casa de amigos o familiares. Es muy posible que se hayan desplazado en vehículos, lo que sería casi sorprendente dada la inexistencia de combustible en la zona. Se ve que hay cierta gente que tiene una reserva. No es de extrañar, en realidad. La Argentina funciona así.
   En el country había algunas personas revisando los despojos que había dejado el tsunami. “Son los empleados domésticos de los socios del country. Están recolectando los objetos de sus patrones”, dijeron los guardias.
   Una fuente confidencial dejó trascender que la Presidenta de la Club House estaba alojada en el Lucania Palazzo Hotel. Sin prisa pero sin pausa, los periodistas de Comodoreta se dirigieron hasta allí. Luego de muchas horas de marcha, llegaron a destino, pero nuevamente les impidieron la entrada. “La casa se reserva el derecho de admisión y a ustedes no los admitimos”, dijo el encargado de recepción.
   Ayer, viernes 10 de marzo, luego de haberse aseado, los periodistas al fin pudieron contactar a María Belén del Rosario Pérez Ortigoza, la Presidenta de la Club House. Ella mantuvo un breve diálogo mientras salía del hotel con unas amigas.

Comodoreta: Sra. Pérez Ortigoza, ¿cómo vivió el tsunami?
Pérez Ortigoza: Horrible, horrible. Toda esa agua… Y ese olor a cholga…
C: ¿Están todos bien?
PO: ¿Y a vos qué te parece? Perdimos todo lo que teníamos ahí. Ahora estamos obligados a vivir en un hotel y a salir de shopping para tener algo decente que ponernos.
C: Quiere decir algo para llevar tranquilidad a los vecinos.
PO: Nada, que estamos bien, pese a todo. Lamentablemente, la ola nos dio a nosotros, en vez de arrastrar a todos esos negros que viven en el cerro y que afean el paisaje. Pero, bueno, así es la vida… Por algo será.

Fecha: sábado 11 de marzo de 2017