miércoles

Entrevista al Subcomandante Mario (1)

     9.37 am del martes 28 de febrero. Un llamado divide la mañana en dos. Alguien nos convoca a una entrevista secreta, en nombre del Ejército Patagónico para la Dignidad Social (EPDS). Nos ponen como condición no dar aviso a la policía. Solo aceptan un cronista y un fotógrafo. Decimos que sí.
    Como no hay combustible, tenemos que desplazarnos en bicicleta. Al mediodía llegamos al punto indicado, después de haber sudado hasta el apellido. Dos hombres con pasamontañas nos detienen. Nos hacen preguntas. Nos vendan los ojos y nos guían unos cinco minutos por un terreno sinuoso. Nos sientan en el suelo y nos piden que esperemos. Sentimos olor a asado. Finalmente, alguien se acerca y nos quita la venda. Vemos delante de nosotros un encapuchado.

Subcomandante Mario: Soy el Subcomandante Mario.
Comodoreta: ¿En serio?
SM: Afirmativo.
    No sabemos qué decir.
SM: Se preguntarán por qué los hicimos venir, ¿verdad? Es que tenemos que difundir nuestra verdad y la prensa debe ser nuestro instrumento.
C: Bueno.
SM: Lo que nosotros pedimos, concretamente, es que nos den un trabajo con buenos sueldos, como los que teníamos antes.
C: ¿Cuándo “antes”?
SM: Antes, antes. Cuando estaba en auge la explotación del petróleo.
C: Pero ya no se explota más petróleo…
SM: ¿Y vos pensás que no nos dimos cuenta? Por eso pasamos a la clandestinidad. Para pedir que el Estado comience a explotar el petróleo y que nos contrate en los cargos que teníamos antes, con sueldos equivalentes.
C: Entonces, ¿ustedes trabajaban en el petróleo?
SM: No puedo responder esa pregunta.
C: Entiendo. Debe haber sido difícil tomar la decisión de la acción armada para exigir un cambio como este. Disculpe que le pregunte, pero ¿ustedes tienen formación militar? ¿Este es un campo de entrenamiento?
SM: Nosotros tenemos la suficiente formación militar. Estamos acostumbrados a hacer piquetes el lugares estratégicos, armados con palos y alguna otra cosita. Es más, en agosto de 2007, cuando Pino Solanas vino a la Cámara de Comercio a explicar por qué la explotación del petróleo debía ser estatal, nosotros pusimos una bomba de estruendo y ahí se acabó todo. Así que imagínese si estamos preparados.
C: Pero, al final, ¿no le están dando la razón a Pino Solanas al pedir ahora que el Estado explote el petróleo? ¿No era lo que él proponía entonces?
SM: Claro. Siempre supimos que lo que decía Pino estaba bien. Las empresas estatales pueden ser exitosas y seguro que aportan más al Estado que las privadas. Tuvimos acá el caso de YPF y después el de Petrobras, por ejemplo, que es brasileña, pero estatal también. Él tenía razón, pero nosotros estábamos entongados con las empresas y con el gobierno de Das Neves. Por eso, hicimos lo que hicimos. Era previsible que todo terminara así.
C: Si era previsible, ¿por qué ustedes están acá, en la clandestinidad? ¿No podrían haberse salvado?
SM: Alguien rompió el pacto y no arregló con nosotros.
C: Y ahora están dispuestos a ir hasta las últimas consecuencias…
SM: Eso. O que venga alguien y nos ofrezca algo. Hay muchos que nos deben cosas. Se olvidan de que para una provincia ex-petrolera nada mejor que un ex-petrolero.
     Alguien interrumpe al Subcomandante. Le pregunta si ya hay que dar vuelta los corderitos. El Subcomandante se acerca a los asadores, inspecciona meticulosamente y da las instrucciones de rigor. Vuelve hacia nosotros.

Continuará

Fecha: martes 28 de febrero de 2017